Con la llegada del verano, la gran mayoría
salimos corriendo hacia lugares con playa en los que podamos descansar y
recargar energía bajo el sol. Qué duda cabe que el sol es una fuente de energía
que favorece nuestro estado de ánimo. Sin embargo, no debemos olvidar tomar el sol con cabeza
evitando dañarnos la piel
Es importante preparar la piel para la exposición
al sol y deberíamos prepararla días antes de irnos a la playa tomando
compuestos que ayudan a protegerla, al menos 15 días antes de tomar el sol.
La hidratación y exfoliación de la piel son dos
pautas claves para que el bronceado se vea sobre una piel saludable e
hidratada.
Comer fruta y verduras frescas ayuda a tener una
piel mucho más saludable. Existen algunos alimentos más
recomendables que podemos ingerir antes de exponer la piel al
sol, que son los ricos vitamina C y antioxidantes como
el tomate, zanahoria y naranja.
Muy importante, beber mucha agua. Con
la exposición al sol, y a través de la sudoración, perdemos mucho líquido que
tenemos que reponer para no deshidratarnos.
Usar una crema para el sol de alta protección y
acordarnos de aplicarla cada dos o tres horas, para evitar quemarnos. Debemos
aplicarla incluso para pieles morenas, que aunque no se pongan rojas con el
sol, si se ven dañadas por los rayos ultravioletas. Insistiendo,
sobretodo en las zonas más delicadas como son la cara, cuello y escote.
Los dermatólogos recomiendan no usar el mismo bote de crema que el año anterior
porque es posible que su eficacia se vea reducida.
Las primeras exposiciones al sol deben ser
progresivas en dosis de 10, 15 y 20 minutos y preferiblemente en movimiento. No
es recomendable más de media hora al día.
Los primeros días debemos de dosificar las
exposiciones al sol y si podemos evitarlo, no hacerlo en las horas centrales
del día, entre las 12 y 16 horas en que las que el sol es más dañino.
Después de tomar el sol, debemos seguir
protegiendo la piel y no usar al ducharnos jabones con demasiado alcohol ni
perfumes ya que la piel está más sensible y seca. Después de la ducha tenemos
que aplicarnos crema hidratante por todo el cuerpo para restituir la humedad de
la piel.
Siguiendo estos consejos, nuestra piel lucirá más
brillante, sana y con un color duradero y muy favorecedor.
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